En la filosofía de Shantala el vínculo entre padres e hijos es parte fundamental de su desarrollo. Se trata de una técnica sencilla, suave y de movimientos amplios que se intensifican a medida que el bebé va creciendo. Puede comenzar a practicarse con la caída del cordón umbilical en todo el cuerpo y, si se hace diariamente, los beneficios son notorios. Una de las razones es que de los cinco sentidos, el tacto es el que los bebés tienen más desarrollado y activo y con el que comienzan la relación tanto con sus padres como con el mundo exterior.